tienen la peculiaridad
de ser la mismas de siempre.
"Me gustaría vivir de la poesía
para no tener que vivir del cuento"
Versos cotidianos al otro lado del espejo del CHICO DE LA CONSUELO
Dedicad diez minutos de vuestra vida a ver este video de Santiago Posteguillo explicando lo que pasó en Paiporta durante y tras el desbordamiento.
Estoy impresionado de lo que cuenta y cómo lo cuenta. No he leído nada de este autor, no soy seguidor de la novela histórica, que muchas veces solo es trasposición a otro momento de un relato de hoy, pero tras escuchar esto prometo leer algo de él.
Si lo conoceis y teneis recomendaciones os lo agradezco.
Abrazos y en especial para los afectados.
No te des tanta importancia,
todas las religiones son iguales,
o la misma,
buscan ofrecer una narración simbólica
que dé sentido
a un dialogo interior
lleno de misterios,
y un argumento al cuento
de ir viviendo.
A mi me gustan los colores y el olor a leña,
pero ahora que arrecia el frio
y los arboles quedan desnudosEntre el Pilar y Navidades
habita el entretiempo
vestido de ocre
He descubierto la IA (Inteligencia artificial)
y así sin todavía mucho manejo ni destreza
le he mandado a ser poeta:
que rime endecasílabos sobre soledad y amor
y dictarme un soneto a capela.
Esto me ha devuelto, con más dignidad y solvencia
que el que de habitual rellena este espacio
con ripios mal contados y
una pedante autosuficiencia:
En la soledad, mi alma se consume,
mientras el amor, lejano, se disuelve,
en ecos de un suspiro que no vuelve,
y en sombras donde el tiempo se resume.
El corazón, que busca y que presume
de hallar la luz que a mis días resuelve,
se queda en un abismo que se envuelve
en frío y en silencio que lo abrume.
Mas, cuando pienso en ti, la soledad
se torna en un refugio de esperanza,
pues tu recuerdo llena mi verdad.
Y aunque el amor que parece no alcanza,
en cada sombra nace claridad,
en cada ausencia, nueva confianza.
Qué difícil resulta pensar en orden,
crear dioses,
dialogar con tus personajes
cada día
a la vez que ganas el pan
y guerreas contra tus enemigos.
La siesta abre paréntesis
se llena de sueños inesperados
retazos de día
y una rareza de erotismo
que no sé explicar.
Primero ando por la frontera
de la tarde de otoño
y luego caigo en lo profundo de un azul
sin tiempo ni referencia
como si no fuera a despertar.
Dos horas después suena el teléfono
lleno de palabras y números
me despierto,
y salgo deshojando tranquilo
las últimas tardes libres
del calendario
estival.
Se van yendo los dias de estio
llegan las tardes de domingo,
el futbol,
las tareas pendientes para mañana
disfrazadas de rutina
y otoño.
Ese discurrir del tiempo
cansado,
que hace que septiembre
tenga pinta de mes ya vivido.
Qué extraña calma.
Qué sueños sin fronteras.
Qué deslizar los verbos limpios
por el curso de las palabras;
Qué amenazante la noche que atruena
cuando se arremolinan los adjetivos
y los nombres se enrocan como escorrentías
que desaguan los desasosiegos.
Domingo,
poesía,
lluvia,
trenes y estaciones,
ventanas,
días normales en el bar
preferentemente en otoño.
Taxis y sirenas,
mendigos,
algún borracho,
fracaso,
el mar de las ciudades con mar,
y mujeres que se olvidaron de ti.
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De todo esto va la poesía completa de Iribarren
que he leído este verano
Está a mi modo de ver en linea con Wolfe y de Cuenca
(para que os hagáis una idea).
Para qué mentiros
no me ha encantado,
lo que no quita para que tenga poemas
verdaderamente preciosos en su sencillez cotidiana
como ese que dice:
"Qué hago
mirando la lluvia
si no llueve"
Se construye de frases cortas, cortísimas
a ráfagas, como un rap
como el mazas y catapultas
de Kase O
y una tristeza que se pega a las letras.
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Leeros este:
Hay días
en los que levantarse de la cama
suele terminar siendo
más que un acto rutinario
un gesto épico
Y no me refiero ahora a las resacas
ni a que caigan
chuzos de punta ahí fuera
ni a que hayas roto con ella
Me refiero
a cuando te quieren y hace sol
y no te duele nada,
a cuando tienes el mundo
rendido a tus pies,
y no te basta.
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O este otro:
Me lo dijo
un colega,
la otra tarde:
"Mira tío,
como sigas así,
escribiendo
en servilletas de papel
por los bares
acabarán cargándote
el sambenito
de poeta,
ya verás.
Y luego
a ver qué hostias
haces"
Nunca he renunciado a mi cuarto oscuro
donde disfruto y lloro
donde leo y pienso
ese espacio más allá de lo público y lo privado
llamado intimidad.
Donde nadie entra, ni siquiera de puntillas
nadie, ni siquiera quienes quiero.
Donde habitan mis fantasmas y mis ogros
y se siembran mis sueños
casi todos incumplidos.
Tan solo a veces, pocas veces
entra o sale el aire
en forma de poemas
para permitirme respirar.
La lectura ociosa de novelillas ligeras y negras
de Gómez Escribano;
el atardecer naranja entre las cañas
junto al mar;
las redes sociales que te enredan
con cantos de sirenas de corchopán;
el agosto a finales en un rincón sin cobertura
en un pueblo sin lugar;
y escribir este poema solitario
apenas sin parear
pelean este estío por esa suave sensación lenta
del tiempo sin ocupar.
El pasado esta lleno de nombres de perros que tuvimos
de coches viejos de nuestros padres,
de amigos recordados que dejamos de ver
y que hoy ponen etiquetas a aquellos días
de entonces.
Calles en la memoria
pueblos de vacaciones;
encuentros fugaces con personas
que podrían haber sido nuestros amigos
pero se escaparon por el tunel del metro.
El pasado esta lleno de canciones de Battiato,
veranos de tres meses,
pasillos de colegios
e ilusiones al empezar a trabajar.
Todo tan fugaz,
todo tan profundo
como recordar.
Así mas o menos es,
este libro de Calabuig,
sencillo, evocador y recomendable
Y de repente,
como sin esperarlo
llega un verano de olores
y vientos templados
y se lleva en brazos
la primavera.
Hace años en un relato sin comentarios
al otro lado del espejo,
y se me hacía imposible.
Miro el listado del blog
y este mayo vacío y sin letras
se me representa
como el tiempo de llegar por fin a meta
tras la carrera
y tomar aliento, solo jadear, duele todo
y tumbarme en el suelo,
y mirar al cielo que recién escampa.
Un día como cualquier otro,
para reivindicar a mujeres
que descubrieron
que las puertas que aparentaban cerradas
resulta que no lo estaban.
Mi padre siempre soñó
con ir a nueva york
para pasear por Central Park
Pero se quedó un abril
tirado en la desidia
leyendo novelas
de reventa en un banco del centro del parque
justo al lado del paseo del muro
tomándose un quinto
en la avenida.
Esperamos demasiado,
por eso de las dudas
...y el invierno
pasó en silencio
tan distante
y tan lento.
Sin noticias de aquel día,
último de verano
en el que
la luna borracha de plata
convirtió nuestras conversaciones habituales
largas e inocuas sobre libros y sueños
en intimidad y ternura
disfrazadas de arena y amor lento.
al terminar nos susurramos
un poco avergonzados
"No digamos nada, por favor,
mejor nos escribimos en invierno"
Se nos olvido dejar claro
quien tenía que hacerlo primero.
Pla (osea Ridruejo) juega con instantes y con palabras,
recita olores, describe colores,
y matiza las luces que acompasan la vida cotidiana.
Escribe sin prisa,
recreándose en el momento que bebe (digo vive)
a tragos cortos, despacio, sin premura ni hartazgo.;
con adjetivos de tres en tres.
Es por ello que El cuaderno gris
es lectura de madrugada, de domingo matinal de resol en cama
una de esas lecturas que no cabe apresurar en el día
con sus penurias y sus desasosiegos.
El cuaderno gris de Josep Pla
(traducido por Ridruejo y Sra)
es una de las lecturas más intensas y bellas
que he leído desde El amor en los tiempos del cólera.
¡Que placer, que habiendo concluido 400 páginas
aun me queden otras tantas!
Aunque vengo siendo caminante de suela fina
cuello blanco y manos de seminarista,
de un tiempo a esta parte
piso charcos, enturbio los bajos y
apremio vinos de abrir corazones
en nieblas mañaneras.
Esquivo autovías
para transitar por carreteras secundarias
y a media tarde me siento en solanas
a indagar
sobre el tiempo que pasa;
Cada día más alegre
de ir dejando discursos impostados
y profes de oratoria
Cada día más alegre de gastar silencios
y vermús en compaña
en mañanas
de domingo.
Os regalo
tres párrafos nada menos
para conocer a un poeta, Manuel Alcantara
y sus versos.
Del resto os dejo enlace
por si queréis leerlo.
Le gustaban pocas cosas:
el alcohol y las ventanas,
el mar desde una colina,
el olor de los jazmines,
los libros de madrugada,
Bayona me atosiga,
lo imposible solo fue posible
por Watts.
La sociedad de la nieve
me dejo frio:
mucho primer plano
muchos Andes
pero poca historia,
un bonito documental de la dos.
Nada de antes, nada de después
solo el tiempo cansino
y la historia repetida y triste
de la comida
que ya se atraganta un poco.
Que maravilla haber podido escuchar a Valeria Castro
en directo
que limpieza
de voz
y al tiempo qué tristeza.