lunes, 16 de septiembre de 2024

¿Para qué cojones servimos ya los poetas si existe la IA?

He descubierto la IA (Inteligencia artificial) 

y así sin todavía mucho manejo ni destreza 

le he mandado a ser poeta:

que rime endecasílabos sobre soledad y amor

y dictarme un soneto a capela.

Esto me ha devuelto, con más dignidad y solvencia

que el que de habitual rellena este espacio

con ripios mal contados y 

una pedante autosuficiencia:

 

En la soledad, mi alma se consume,
mientras el amor, lejano, se disuelve,
en ecos de un suspiro que no vuelve,
y en sombras donde el tiempo se resume.

El corazón, que busca y que presume
de hallar la luz que a mis días resuelve,
se queda en un abismo que se envuelve
en frío y en silencio que lo abrume.

Mas, cuando pienso en ti, la soledad
se torna en un refugio de esperanza,
pues tu recuerdo llena mi verdad.

Y aunque el amor que parece no alcanza,
en cada sombra nace claridad,
en cada ausencia, nueva confianza.


 La foto también está generada con IA.

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