He descubierto la IA (Inteligencia artificial)
y así sin todavía mucho manejo ni destreza
le he mandado a ser poeta:
que rime endecasílabos sobre soledad y amor
y dictarme un soneto a capela.
Esto me ha devuelto, con más dignidad y solvencia
que el que de habitual rellena este espacio
con ripios mal contados y
una pedante autosuficiencia:
En la soledad, mi alma se consume,
mientras el amor, lejano, se disuelve,
en ecos de un suspiro que no vuelve,
y en sombras donde el tiempo se resume.
El corazón, que busca y que presume
de hallar la luz que a mis días resuelve,
se queda en un abismo que se envuelve
en frío y en silencio que lo abrume.
Mas, cuando pienso en ti, la soledad
se torna en un refugio de esperanza,
pues tu recuerdo llena mi verdad.
Y aunque el amor que parece no alcanza,
en cada sombra nace claridad,
en cada ausencia, nueva confianza.
La foto también está generada con IA.