lunes, 16 de septiembre de 2024

¿Para qué cojones servimos ya los poetas si existe la IA?

He descubierto la IA (Inteligencia artificial) 

y así sin todavía mucho manejo ni destreza 

le he mandado a ser poeta:

que rime endecasílabos sobre soledad y amor

y dictarme un soneto a capela.

Esto me ha devuelto, con más dignidad y solvencia

que el que de habitual rellena este espacio

con ripios mal contados y 

una pedante autosuficiencia:

 

En la soledad, mi alma se consume,
mientras el amor, lejano, se disuelve,
en ecos de un suspiro que no vuelve,
y en sombras donde el tiempo se resume.

El corazón, que busca y que presume
de hallar la luz que a mis días resuelve,
se queda en un abismo que se envuelve
en frío y en silencio que lo abrume.

Mas, cuando pienso en ti, la soledad
se torna en un refugio de esperanza,
pues tu recuerdo llena mi verdad.

Y aunque el amor que parece no alcanza,
en cada sombra nace claridad,
en cada ausencia, nueva confianza.


 La foto también está generada con IA.

miércoles, 11 de septiembre de 2024

El tiempo que me quede libre.

Qué difícil resulta pensar en orden, 

crear dioses, 

dialogar con tus personajes 

cada día

a la vez que ganas el pan 

y guerreas contra tus enemigos.

lunes, 9 de septiembre de 2024

Siesta

La siesta abre paréntesis

se llena de sueños inesperados

retazos de día

y una rareza de erotismo

que no sé explicar.

Primero ando por la frontera

de la tarde de otoño

y luego caigo en lo profundo de un azul

sin tiempo ni referencia

como si no fuera a despertar.

Dos horas después suena el teléfono

lleno de palabras y números

me despierto,

y salgo deshojando tranquilo

las últimas tardes libres

del calendario

estival.

domingo, 8 de septiembre de 2024

Tarde de domingo en septiembre

Se van yendo los dias de estio

llegan las tardes de domingo,

el futbol,

las tareas pendientes para mañana

disfrazadas de rutina

y otoño. 

Ese discurrir del tiempo

cansado, 

que hace que septiembre

tenga pinta de mes ya vivido.




sábado, 7 de septiembre de 2024

Desaguar

Qué extraña calma.

Qué sueños sin fronteras.

Qué deslizar los verbos limpios

por el curso de las palabras;

Qué amenazante la noche que atruena

cuando se arremolinan los adjetivos

y los nombres se enrocan como escorrentías

que desaguan los desasosiegos.

jueves, 5 de septiembre de 2024

Karmelo C. Iribarren tras leer su poesía completa

Domingo,

poesía,

lluvia,

trenes y estaciones,

ventanas,

días normales en el bar 

                                preferentemente en otoño.

Taxis y sirenas,

mendigos,

algún borracho,

fracaso,

el mar de las ciudades con mar,

           y mujeres que se olvidaron de ti.

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De todo esto va la poesía completa de Iribarren

que he leído este verano

Está a mi modo de ver en linea con Wolfe y de Cuenca 

                                         (para que os hagáis una idea).

Para qué mentiros 

no me ha encantado,

lo que no quita para que tenga poemas 

verdaderamente preciosos en su sencillez cotidiana

como ese que dice:

"Qué hago

mirando la lluvia

si no llueve" 

Se construye de frases cortas, cortísimas

a ráfagas, como un rap

como el mazas y catapultas 

de Kase O 

y una tristeza que se pega a las letras.

 

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Leeros este:

Hay días

en los que levantarse de la cama 

suele terminar siendo 

más que un acto rutinario

un gesto épico

Y no me refiero ahora a las resacas

ni a que caigan 

chuzos de punta ahí fuera

ni a que hayas roto con ella

Me refiero

a cuando te quieren y hace sol

y no te duele nada,

a cuando tienes el mundo

rendido a tus pies,

y no te basta.

 

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O este otro:

Me lo dijo

un colega,

la otra tarde:

"Mira tío,

como sigas así,

escribiendo 

en servilletas de papel 

por los bares 

acabarán cargándote

el sambenito 

de poeta,

ya verás.

Y luego 

a ver qué hostias 

haces"