Hoy no puedo irme a dormir
sin mirarme al espejo
tocarme la cara
las manos
ver la fragilidad que somos
la herida que rasga la piel
al pasar leve la cuchilla
el hueso que quiebra al caer de lo alto
la ingravidez de cada órgano que me rellena.
Cuando me miro en la luna de mi ego
todo parece irrompible
todo perdura como si fuera imprescindible
en una borrachera de mi.
Y de repente
un soplo
que desvanece la arena,
un fuego
que deshace la cera
una enfermedad
que provoca el olvido.
Que insoportable esta levedad de ser
y yo me iré y se quedarán lo pájaros cantando.
Cuerpo fragil, alma efímera.