No quiero que se me escape mayo
sin tres versos,
aunque sea con premura y sobrealiento,
sin flores a porfia
sin que cante la calandria o responda el ruiseñor
tan solo existiendo en el rincon escondido
de los pecados de egocentrismo.
Tan solo boquenando
en el cubo del pescador dominguero.
Sin foto ni relato
en el trasiego
desde el movil,
en liquido y fugaz, sin asiento
en ese afan tan humano y tan añorado
de perder y ganar el tiempo.