El pasado esta lleno de nombres de perros que tuvimos
de coches viejos de nuestros padres,
de amigos recordados que dejamos de ver
y que hoy ponen etiquetas a aquellos días
de entonces.
Calles en la memoria
pueblos de vacaciones;
encuentros fugaces con personas
que podrían haber sido nuestros amigos
pero se escaparon por el tunel del metro.
El pasado esta lleno de canciones de Battiato,
veranos de tres meses,
pasillos de colegios
e ilusiones al empezar a trabajar.
Todo tan fugaz,
todo tan profundo
como recordar.
Así mas o menos es,
este libro de Calabuig,
sencillo, evocador y recomendable