domingo, 16 de julio de 2023

Ahí andamos.

Ahí andamos,

en un constante ejercicio

de destrucción, deconstrucción y reconstrucción

intentando conservar algo que permanezca

como el barco de Teseo

para poder seguir siendo,

a fin de cuentas, el mismo;

ese tipo que me cae tan bien

y que trato de preservar

de las inclemencias del tiempo.

Tengo suerte de que mi ego

siempre encantado de conocerse

y mi familia,

sean una muralla de resistencia

ante las contingencias

y las mediocridades laborales

y de la vida.

jueves, 6 de julio de 2023

Escribir cosas bonitas mata idiotas

Solo sé escribir nada más, solo eso

construir frases aparentes,

con la finalidad que sea.

Esta semana,

que siento una pelota de hormigón

en la garganta;

que desprecio profundamente

tanto a los malos como a los indiferentes

en lugar de leer la prensa en el ordenata

y rayarme en un bucle denso

escribo de mañana en un word cosas bonitas

de lo que pienso

y solo con eso 

empiezo con una sonrisa

que me dura el día entero.

domingo, 2 de julio de 2023

El viaje del anarquista. Elifio Feliz de vargas. Opinión y Crítica Una pequeña gran novela.

 Me da pena que se me vaya diluyendo El viaje del anarquista de Elifio Feliz de Vargas antes de escribir un post con aclamaciones. Rasmia es una editorial en la que de habitual me paro en las ferias del libro; casi siempre compro algo y casi siempre echo la charradeta con los editores de la caseta que mal que bien me asesoran, sabiendo obviamente que es una asesoría interesada y complaciente, pero de la que me he llevado a casa verdaderas joyas. También este año. “Llévate este libro que seguro que no te arrepentirás”. No me he arrepentido.

El viaje del anarquista está a medio camino entre la insularidad rural y la abierta Barcelona revolucionaria industrial de principios de siglo, la ciudad de los prodigios de Mendoza y As bestas; a medio camino entre el realismo mágico y el costumbrismo.

Cómo explicar lo que supone el anarquismo incipiente en esa lucha entre lo intelectual, lo delictivo, lo sindical; la hoz y la pólvora. El pueblo excluido frente al estado liberal falsario; el idealismo, la imposibilidad de jugar a demócrata en una partida con las cartas marcadas. Cómo explicar la infancia naciente de una ideología que luego se convertirá en depravación, gansterismo y vergüenza en esa Cataluña en el centro de España. Qué respeto a los viejos anarquistas como Pestaña.

Y al mismo tiempo la vida rural de interior, la mujer rural y el deseo de vida que revienta las puertas cerradas con siete llaves y aldaba. Ese otro mundo que contaban As bestas o el Alcarrás de Simón. Esa mujer rural que reivindica aire e identidad. La mujer del italiano de Elena Laseca. Camino de sirga de Moncada. Y por supuesto y siempre Pólvora negra del maestro Montero Glez como retrato de ese anarquismo idealista de casa bien de Morral y Ferrer. La bomba orsini como herramienta filosófica de reivindicación intelectual.

El viaje del anarquista es una novela corta, intensa, histórica (de cuando la semana trágica de Barcelona en 1909), es una novela negra (con malos muy malos que tienen algo de bueno como el Mendez de Gonzalez Ledesma en el barrio gótico) es una novela costumbrista como Luz de Domingo de Jose Luis Garci (ved esta peli y no hagáis caso a los idiotas etiquetadores) y es una preciosa novela de amor.

Un pueblo perdido de Teruel en 1900 del que se escapa la gente para ir a la Barcelona, de pícaros y lazarillos; de boticarios y casas de lenocinio. La Barcelona pija y derechona de casa bien, la burguesía catalana a resguardo y el niño que nos sale político y además rojo, como entonces, como ahora, como siempre. Me he imaginado a mi abuelo con trece años saliendo del metro de barcelona sin saber leer ni sumar. Amasando pan a las cuatro de la mañana en la pastelería de un tio que lo rescata . La vida por delante, las desilusiones por construir. Y al mismo tiempo el sobrinico libertario del boticario que cae en un pueblo de Teruel de de apenas 200 habitantes. En contrapunto a la inversa o quizá no tanto.

Y construir la trama y usar un lenguaje perfecto pulido abarrocado al estilo de Marquez en Macondo (no tanto claro, pero en esa línea) y las piezas que encajan y lo real que engarza sin estridencias con lo mágico, como que así tuviera que ser y la polifonía de voces, de espacios, de líneas narrativas. Una maravilla. Leedla tan solo por el gusto de leer. Tan corta, tan intensa.

Ni que decir, que no tenía ni idea del escritor: Elifio Feliz de Vargas, buscaré más de él. Leedlo, hacedme caso. Le he puesto un 5 en mi lista, no digo más.