domingo, 21 de julio de 2019

El mito de la proactividad o la virtud de tomar asiento..


Tras casi medio siglo diciéndome
que lo importante es plantearse retos,
tener una motivación basada en la proactividad.
En la creencia
de que la mejor manera de llegar al objetivo final
es obligarse con indicadores intermedios.

Retos, acción, rendimiento... y de repente descubro,
que mi mayor virtud, si alguna tengo,
no está tanto en plantearme nuevos retos
sino en ese arte difuso y pasivo
de saber escuchar ordenando sueños.

Resulta que la cosa no consiste, como creía y contaba,
en incorporar nuevos elementos a la partida
sino en saber jugar con los que ya tengo;
no tanto en hacer como en esperar,
no tanto en golpear como en saber encajar 
sin venirse al suelo.

Curiosamente, de un tiempo a esta parte,
me descubro más brillante de periodista
que queriendo pasar por artista
delante de un lienzo
Mejor en leer 
que en escribir mis propios argumentos,
mejor en subrayar que en poner acentos,
más centrado en traducir que en recrear poemas y cuentos.

Qué otra cosa es explicar
sino traducir a simple lo más complejo
hacer narraciones atractivas de saberes dispersos.

Yo que siempre he vivido en el caos,
ahora me entretengo
simplificando laberintos, esquematizando proyectos
quizás también disfrazado de cuentista
en el oficio de cambiar nostalgias por futuros bonitos e inciertos

Yo que me veía de viajero,
ahora me siento en mi mecedora de anea
a escuchar sueños de aventureros
que recaban mi opinión sin importarles
que apenas haya salido del puerto.


martes, 2 de julio de 2019