Esperamos demasiado,
por eso de las dudas
...y el invierno
pasó en silencio
tan distante
y tan lento.
Sin noticias de aquel día,
último de verano
en el que
la luna borracha de plata
convirtió nuestras conversaciones habituales
largas e inocuas sobre libros y sueños
en intimidad y ternura
disfrazadas de arena y amor lento.
al terminar nos susurramos
un poco avergonzados
"No digamos nada, por favor,
mejor nos escribimos en invierno"
Se nos olvido dejar claro
quien tenía que hacerlo primero.
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