Un día, fue solo un día de junio
al estrenar el verano nuevo;
viajaba,
que nunca lo hacía,
en los viejos autobuses de Plana.
Por aquellos tiempos,
en el recorrido de Salou a Cambrils
aun se veía el mar.
Alguien abrió el ventanuco
de la batiente estrecha de arriba
para poder respirar,
y entonces, fue justo entonces
que me llegó un suspiro de playa.
Tendría dieciséis,
todos los deberes hechos
todo el mundo por delante
nada en qué pensar;
y de repente me llenó por dentro un sentimiento extraño
radical, de haberme bebido el mundo
que me hacía a un tiempo reír y llorar.
No lo entendí.
Muchos más tarde supe,
que estaba respirando
sin saberlo
el segundo de la absoluta felicidad
y así lo recuerdo.
A esa edad tener todos los deberes hechos da una gran tranquilidad.
ResponderEliminarBesos.
Cada 20 de junio era un parentesis de desidia hasta el Pilar
ResponderEliminarBssss
Esos autocares horribles que te llevan al pueblo... y con los que tardabas casi un día en llegar... (300 km en 6 horas). Cuando pasaba por Salou estaba en el ecuador de tal pesadilla...jajaja
ResponderEliminarBesos.