Hay un mundo celeste
donde habitan ángeles y demonios
a la gente se le mira desde arriba
en esa aseptica lejania
que ni duele ni alegra.
No es facil vivir allí
donde todo es sicodelia y silicona.
Hay un mundo terraqueo
de bares de trastienda,
amores de nostalgia,
ruido cotidiano
donde los sueldos se traducen
en facturas y envelesos
y en poderse permitir
series de pago.
Y hay un mundo subterrraneo
donde la felicidad
siempre está en numeros rojos,
la envidia se viste goma2
y el resentimiento
y la corta satisfacción es un mordisco
al vivir (digo sufrir) cotidiano.
Pues eso es lo que nos toca, pero mientras tanto te deseo un magnífico 2017, niño.
ResponderEliminarMuchos besos.
¿en el punto medio estaba la virtud?
ResponderEliminar