Pues aqui,
seguimos,
como casi siempre,
haciendo los dias más largos
a fuerza
de renombrar las noches
como madrugadas.
pintando las mañanas
como preludio
de las tardes que vendrán.
Y tras la hora de la siesta
agostaremos atardeceres
que se harán de nuevo noche
o noche de nuevo
en una vuelta más.
Nunca antes espiral de desesperación a deshoras sonó tan bien...
ResponderEliminar¡Muy chulo!
Pues eso: ningún verano es tan largo como aquel de los 18.
EliminarUn abrazo