Me duelen los ojos por dentro
cansados de leer parrafos desnudos
sedientos de mar y horizonte.
Las ascuas de paisajes quemados
humean escocidas
entre las nieblas y me salen versos sin sentido
con un poso de tristeza.
Qué algoritmo azaroso
une las palabras de mi desencanto,
que carencia presiente la premura
de tu arriendo,
que verdades a la espera
piden un taxi para visitarte.
La luna salpica las noches de estrellas,
porque ya se han suicidado todos los locutores
de madrugada.
Se me van las palabras sueltas
como cimarron buscando nuevos eriales,
vivo en un mundo de preposiciones libres
con ellas, por ellas, tras ellas
cambiando los sentidos con un guiño.
Ya buscaré el banco vacio
cuando atardezca.
Me gusta… no podría explicarte el porqué o qué parte exactamente, pero me hace “ruido” cada vez que la leo… y ya son varias.
ResponderEliminarUn beso.
Date cuenta que lo escribí en el movil en un rincon, sin repasar ni nada y ahora que lo leo como si no lo hubiera escrito yo mismo también me gusta.
EliminarQué cosas estas de los versoso que a algunos les das mil vueltas y te salen una mierda y otros que ripias de refilón sale algo que a alguien le puede parecer interesante.
Un besazo y gracias.