Lo peor de irte olvidando
en estos días de paréntesis
es el acomodo a tu ausencia repetida.
Pensar como si no estuvieras
escribir como huyendo de verte
entre mis versos,
vivir mar adentro
en una soledad quebrada
y fría como un vuelo sin retorno.
Quise escribir sin referentes a tu cuerpo
nadar contra corriente mar adentro
hacerme el muerto
como barco a la deriva
y sin anclajes arrojar mis versos huecos
como pecios a tu orilla.
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