Lo peor de nuestras creencias y nuestras supersticiones
es esa tendencia al proselitismo y a hacerlas públicas.
La religión a mi entender, debiera
pertenece al plano de la intimidad incomunicable,
allí donde conviven promiscuamente
dioses, fantasmas, deseos y frustraciones.
Es un comentario
en el blog de Marian
Nada te digo todo te cuento
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