Te he visto de espaldas tendiendo la ropa
envuelta en lavanda y sábanas húmedas,
cada vez que alzabas los brazos
al cielo
dejabas ver tres dedos más
de tus nalgas
y ese espacio secreto al final de tus piernas
donde había naufraugado aquella mañana
¿Qué miras? me has preguntado con sorna
Nacer el otoño. Te he dicho
Como si fuera un poema.
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