Hay una nube cansina y residual
sobre mi cabeza,
que deja caer chubascos
los dias 29 de cada bisiesto.
Se forman charcos
disimulados,
casi invisibles,
en donde chapotean viejas con sombrero
y adolescentes con minifalda.
Es una nube gris marengo
que hace llover corbatas
con nudo windsor
que según mi madre es el más elegante.
Reclama paraguas
botas de agua
y niños de plastilina
y a las treintañeras solteras
les mira las tetas.
Mi nube a veces nubla
otras hace sombra
pero casi nunca refresca;
Mi nube alisa la playa
cuando llueve en las noches de julio
y despereza de mañana
para saludar a los alondras
que compran churros, periódicos y desespero.
Le gusta suspender partidos
de alevines
amargar la salida de sabado
a los cadetes de gala
y enfangar las juras de bandera
y todo los cantos al sol.
Mi nube intuye las primaveras
y las recibe con versos
hermosos
de poetas muertos
como ese de Machado que declama
"Aleluyas blancas de los zarzales floridos"
un fanal de lluvia y sol el campo envuelto.
Desperté. ¿Quién enturbia los mágicos cristales de mi sueño?
Porque a mi nube
lo que más le gustaria
es remojar a dos amantes en la boca de metro
besándose empapados
como en una peli de Adrian Lyne.
Hay una nube cansina y residual
sobre mi cabeza,
que deja caer chubascos
los dias 29 de cada bisiesto.
No será una nube tan residual si hacen falta botas de agua .... ;P
ResponderEliminarEsa escena de nueve semanas y media que recurrente ha resultado....
ResponderEliminarSpidi. Yo tengo un trauma infantil con las botas de agua.Mi madre tenia la teoría de que a los charcos no hay que meterse ni con zapatos, ni con maripis, ni con botas de agua, ni con nada.No hay que meterse y punto. Y nunca me compró botas de agua. Quizás por eso ahora a mis cuarentay tantos me encanto tanto meterme en charcos de todos los tipòs.
ResponderEliminarpseudo la postura de la grulla
ResponderEliminaresta sobrevalorada por el cine
igual que lo polvos de ascensor.
La comodidad lo primero
y como mucho una piscina en un tejado alto de singapur.
;)