viernes, 17 de junio de 2016

El ego y el miedo

El ego y el miedo se enroscan en nuestros días
como rémoras a nuestro velero.

No digo ego como ansia de ser el mejor,
sino de hacer ver
lo que querríamos ser
como deseo
el personaje de nosotros mismos que nos imaginamos
si queremos ser tristes agradecemos las lágrimas y la compasión
si queremos ser triunfadores agradecemos los halagos
si queremos ser indiferentes agradecemos la suficiencia
si queremos ser importantes agradecemos el titular
en fin,
todo aquello que refuerza
la idea que aparentemos,
y que nos desactiva como un falso beso,

Y en el cuarto oscuro, en el punto ciego,
allí donde se esconden los secretos
en el sótano de lo intimo
guardamos encadenadas nuestras pesadillas
nuestros viejos fantasmas 
nuestras frustraciones, nuestros miedos.
No el miedo a lo físico, ni al dolor
eso se soluciona con la muerte.
No el miedo a la pérdida
a eso lo solucionan las lágrimas
Sino el miedo al vacío y a la incertidumbre
al futuro incierto
el miedo al puente sin barandilla
al mañana desligado,
a un nuevo dia sin fundamento.
porque el miedo
es muchas veces una cuestión de tiempo,
el tiempo que vendrá luego.

En lo público aparentamos
para que no nos yeran
con el ego y el miedo arropado.
En lo privado
nos desnudamos
en casa 
mostrando a los nuestros nuestro cuerpo.
En lo íntimo
luchamos
con nuestro ego y nuestro miedo
solos ante el espejo
Vulnerables
Intentando dar sentido al cuento
que nos hemos inventado
como escusa para segir viviendo.

1 comentario:

  1. Es muy difícil gestionar el miedo, y el ego otro tanto, aunque yo soy una defensora del ego, bien entendido, un ego trabajado en mi opinión es un motor que nos ayuda a mejorarnos y a perseguir nuestras metas. (Si me oye un gurú me mata).
    Besos

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