Me molestan sobremanera
los himnos y las banderas,
los simbolos que se besan
como si fueran personas,
y se rasgan como si no lo fueran.
Me molestan las canciones
engoladas
que hablan de viejas batallas
siempre ganadas
goazen gudari danok
Ikurriñan atzean
los himnos y las banderas,
los simbolos que se besan
como si fueran personas,
y se rasgan como si no lo fueran.
Me molestan las canciones
engoladas
que hablan de viejas batallas
siempre ganadas
goazen gudari danok
Ikurriñan atzean
Que tremoli l'enemic
en veient la nostra ensenya:
Volverán banderas victoriosas
al paso alegre de la paz.
en veient la nostra ensenya:
Volverán banderas victoriosas
al paso alegre de la paz.
Se entonan
con el puño en alto
amenazante
como retando a un pasado
la mayor de las veces inventado
y a un enemigo
reflejo de nuestros odios por curar.
Decía Gloria Fuertes que al aire puro
no le gusta acariciar banderas
¿Qué pasaría si quemamos dijo Benedetti,
todas las banderas para
tener sólo una, la nuestra,
la de todos, o mejor
ninguna porque no
la necesitamos?
¿Qué pasaría si de pronto
dejamos de ser patriotas para
ser humanos?
Solo me gustan las banderas plegadas
y las baderas rotas
tendidas sobre la mesa,
que entonaba Labordeta
He puesto sobre mi mesa
todas las banderas rotas
las que no rompió la vida
la lluvia y la ventolera
de nuestra dura derrota.
las que nos dicen que vamos creciendo
que hemos perdido
mil batallas
pero ganado una,
la mas importante
la que nos impide creer en los mesías
que nos salven
de cielos redentores
y de tierras prometidas
Porque vivir es ir plegando banderas
que nos decia un lunes con secreto
Garcia Montero
al mirar con pena
a los jóvenes
desde la atalaya del hombre viejo.
El hombre del secreto lo comprende
camino del trabajo,
cuando los estudiantes llenan el autobús
y un tumulto de cuerpos con la cara lavada
se apodera del lunes.
Los ve crecer, observa
como un grito de incógnita en sus ojos,
una inquietud después desvanecida
por la usura del tiempo.
Vivir es ir doblando las banderas.
No estaría mal, pero el dinero es así.
ResponderEliminarComo la mayoría de las cosas que deberían cambiar, solo depende de nosotros, de mantenernos firmes en los ideales y principios, y pasar olímpicamente de chorradas varias que nos uniforman como el tema de las banderas. Cuando la clase dirigente se diera cuenta de que al pueblo (y permíteme la expresión) se la suda, pasarían a otro temita sin más dilación.
ResponderEliminarA mí no me van a ver nunca dando la vida, ni las gracias, ni la mano, ni cinco minutos de mi sueño, por una bandera que no sea la blanca.
La Humanidad está llena de pamplinas, y lo que interesa de verdad, es reír. Y poco más.
Un placer haber dado contigo, primo de... ;)
Papa cangrejo
ResponderEliminarpor soñar que no quede.
Ning
de acuerdo contigo
en lo de reir.
No tanto en que al pueblo
le dan igual las banderas,
Es el nuevo opio
ante la crisis
envolverse en banderas.
BRA-VO
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