Llego a casa a las cuatro de
la mañana
con un sabor extraño de sentirme
bien,
quizás con un puntillo
de más, es posible,
pero eso es lo de menos.
Veo, nos hemos visto, los amigos
de siempre (no más de cinco),
los mismos
que tenía hace treinta años
(bueno quizás cuarenta),
a los que debo
mucho
de lo que soy,
No hemos tenido hoy, precisamente
una buena razón para juntarnos,
uno de nuestros viejos se ha ido para el cielo.
Lo importante es sabernos
juntos,
sin palabras
sin demasiados excesos en el afecto
tan solo sintiéndonos al lado
uno al aldo del otro
en el dolor silencioso y sincero.
No quiero juntar en más letras
esta madrugada
por que se me agolpan
demasiados recuerdos
de aquellos tiempos,
en los que yo era un niño.
Un abrazo fuerte
Yo sentí lo mismo.
ResponderEliminarPero tu lo cuentas mejor, casi perfecto
Me ha gustado.
ResponderEliminarLos abrazos apretaos o fuertes molan. Pero a veces es que ni hacen falta, sólo estar juntos así ¿verdad?
ResponderEliminarYa siento la pérdida, te mando un abrazo
Se agradecen Viveiro
ResponderEliminarlos piropos,
también a Tita y Saramaga.
Yo creo que M
no lee esta parte del blog
Pero bueno
le mandamos abrazuchos para él
en todo caso.
Siempre
recuerdo a sus padres
y a los tuyos
como a los dos primeros
cumpleaños
a los que fui
en momentos infantiles
en los que todo
me sonaba muy raro.
Con mis amigos de la infancia, no nos besamos al vernos, ni nos damos explicaciones.Efectivamente son parte de uno mismo.
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