En febrero del veinte, cuando
el tedio y la rutina preludiaban
nueva década, nos metimos en un fango espeso
en una niebla de cristales
en una sombra de brea.
Pero la vida iba pasando
mientras nos poníamos entre paréntesis
y nuestros hijos ahora
tienen cuatro años más
de doce a dieciséis, de segundo de la eso a la uni
la semana pasada se fue uno de mis mejores amigos
así de sopetón y sin previo aviso. Uno de mis referentes.
Hoy me pregunto de madrugada
si no va siendo hora de quitarse la ropa mojada
y salir en pelotas a la calle
a romper la boira con nuestro aliento.
Mucho nos ha cambiado la vida desde el 2020... esa es la verdad. Parece que fue ayer y no veas todo lo que ha llovido...
ResponderEliminarYo no soy la misma, he envejecido x4 ...
Besos.
Para mi cuatro años
Eliminarque me gustaría superar.
Todo enseña
pero me he desgastado
más de la cuenta.