Hay dias en los que espero la noche
como un tiempo
para escribir el membrete
y el remite de mis horas
en versos que se encandilan
solos
como aquellas conversaciones nuestras frente al mar.
Otros sin embargo,
guardo lo que pienso
en el escritorio
de mis sueños
como las cartas adolescentes
que se escriben sin enviar.
Hace años, tantos que ya ni me acuerdo, que he optado por lo segundo...
ResponderEliminarUn beso.
Es cierto
ResponderEliminarque a veces hubiera
que enviar cartas a direcciones inventadas
de otro paus cualquiera.
Bss
Tuve que comprar una mesa más grande. Ya no cabían en el cajón.
ResponderEliminar😉 Besos.
Las cartas se esconden agazapadas en los cajones, de repente un dia a modo de venganza nos asaltan desde los rincones en las tardes lluviosas de noviembre para injndarnos de melancolia y recuerdos.
EliminarAquellas cartas que rompí y ya no tengo tan solo en la memoria.
ResponderEliminarBesos.