Resulta que yo no elijo
alguien enlaza en la nube
mis polvos, con mi musica
mis frustraciones con mis anhelos
el libro que leo
con la pagina porno con la que me manoseo.
Resulta que yo no elijo
que alguien cruza mi lista de la compra
con mi lista de recuerdos
mi facebook de curro con mis blogs de recreo
y de esta forma un algoritmo
que no veo
define al noventa por ciento a quien voto
y los post que prefiero.
No sé vosotros,
pero a mi todo esto,
aunque sea en parte cierto
me suena a camelo.
Quizá quieren dar una explicación
a por qué hacemos lo que nos sale de los guebos
votar a trump, odiar a la europa del dinero
no seguir movidas promovidas por los ayuntamientos,
optar por los extremos
en lugar de habitar por siempre
la lógica del punto medio.
No es que estemos cansados y ya solo votemos
para joderlos
es que un diablillo tan maligno como perverso
ha ocupado nuestra mente desde la nube (o desde rusia)
y confiscado nuestro sueños,
Lo que tendríamos que hacer
para que estén contentos
es renunciar a votar
y solo creer en lo que digan ellos.
No sé a vosotros,
pero a mi todo esto de los votos teledirigidos
me suena a cuento.
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