Quisiera enseñarles a mis hijos,
incluso a mi mismo,
que una buena parte de la felicidad
es gestionar con presteza
el tiempo y el esfuerzo,
la paciencia
la expectativa
y la frustración.
Saber en qué momento
es más oportuna
la obediencia
y en cuál
sin embargo,
la reforma o la revolución.
Eso no se puede enseñar.
ResponderEliminarGestionar la paciencia, la expectativa... qué requetedifícil!! Si descubres el truco, ya me lo contarás.
ResponderEliminarHay un truco infalible
ResponderEliminardar importancia solo
a la mitad de las cosas
el resto
casi siempre puede esperar.
Lo dificil es ponerlo
en practica.
Muuuuaks
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