jueves, 20 de octubre de 2016

Monseñor ha dicho...

La peor de las censuras
no es para mi
prohibirte escribir lo que quieres,
sino obligarte a escribir
de lo que no quieres.

Porque al final
el estilo se pega
y pierdes tu cara
para que solo te reconozcan
(y te reconozcas)
por tu careta.

Te roban
el tiempo palabreando
para que no digas,
para que no pienses,
para que solo hables
por boca del otro
que es el mayor nivel de imbecilidad
que existe.

Mover los labios sin decir nada tuyo
sin riesgos,
por encargo.
De vez en cuando
conviene soltar una homilia a tu cargo
con tus herejias
sin necesidad de empezar
el cuento por cuenta.
Monseñor ha dicho...


2 comentarios:

  1. El problema no es q tu curro sea hablar por otros, en nombre de otros, sino q de tanto hacerlo se te olvide hablar en tu nombre.

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