Cuando el terrón de azucar
toca el cafe
al principio se mantiene
firme
aparentando dureza.
Pero se va empapando
y empapando
y se va reblandeciendo
poco a poco.
Al cabo de un rato
se satura,
colapsa
sin resistencia
y se deshace
entre los dedos
mientras
sientes como se diluye
sin solución
y cae al fondo.
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