Me achacan con justicia
que este blog
se está convirtiendo
en un pozo de ponzoña y tristeza.
En un subsuelo
de bodega humeda y lóbrega
que se agazapa tras un caravista
de sonrisas a cien.
Me achacan con justicia
que los adjetivos
se caen al suelo
con un estropicio
de cristales y cuaresmas.
Y los rezos a un dios ateo
suenan a salmodia
de vieja rancia
en un confesionario sin ocupar.
Me dicen que ya no se ve ironía
tras las palabras
que ya no rezuman sarcasmo
los versos que quedan sin escribir
y puede que sea cierto,
demasiado cierto para llevarles la contraria
sin asentir.
Quizá sea más costoso mantener
la sonrisa
que llorar a tiempo;
quizá sea más facil huir
que mantenerse despierto;
quizá sea necesario
sucumbir un rato a la desidia
noches sin sexo
insomnio hasta el alba,
que hacer del vacio apariencia
y de la monotonía dignidad.
Llueve, hace frio afuera
pero no tanto
como para ponerse junto a la chimenea
bufanda.
Quéjate a gusto. Rompe un par de adjetivos estampándolos contra el final de una frase. Quema el reborde de internet.
ResponderEliminar¡Desahógate, joder!. Y ya si eso nos reímos luego. Cada cosa a su tiempo.