Anonima marta y otras anonimas

Para concluir esta trilogia
de blogs y bloguicolas
tengo que hacer alusión obligatoria
a mis amigas las anónimas
que desde hace tanto me siguen
sin recibir a penas nada.

Snifaba con razón
caracola en un comentario
del post anterior
por la injusticia de una pretericción inmerecida...
y debo darle la razón.

La primera anónima
fue la anónima marta
a la que bautice en los lejanos tiempos de ayer
y con quien ahora solo me veo

por el blog de la inefable
como esos amantes que se encuentran
tras años de no haberse visto
y lo primero que hacen
es gastarse alguna broma de entonces
a modo de guiño
sabiendo que aun quedan rescoldos
en el corazón.

Después vino Silvia
y su vida monárquica,
sus recomendaciones literarias,
su horas largas que me imagino
al lado de garcia de Enterría
y ese intentar sacar
primero de oregonés
a través de mi blog
y emparentar mejor con su parejo.

Nuria salió del armario para comentar a moncada
a C.S y a Ire las hemos importado de divilandia
pagando aranceles de producto de lujo.

Caracola viene de lejos
aunque ahora hacia timepo que no la veía
digo leia
en su insularidad veterinaria
y es precisamente por snifarme
que me han salido estos versos.

Phaskyy y Gallinica
se anoniman desde tuiter
y sinceramente no sé por donde se han colado
en mi vida 2.0
pero ahora se me han hecho tan cotidianas
que casi tienen nombre.

Anita me corrigió mi euskera
blandengue y olvidado
y a Basaja
no lo cuento como anónimo...
ni como nada porque todavía
no se ha pasado por aqui...
si algien sabe de él
le ruego información
cienmil  un millón
les pagaré.
pongo K tres puntos en el olvido