Los dias se enfrían en
la monotonía de las mañanas
de septiembre.
Las palabras se desperezan
y recobran protagonismo
despues de tanto silencio
y tras un lustro con olor a lejía
y quirofano
despunta leve
el amanecer tras las casas de la playa.
Sin estruendo, avergonzado
todavía con cara de dormido
sonrie amodorrado
como esas mañanas de domingo
con resaca de amor.
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