jueves, 31 de agosto de 2017

Tiempo de estio, tiempo de trabajo.

Nos venden la vida a tragos
los tiempos con cancela
los versos con cesura
las estancias con tabiques
y el curro
separado del ocio por alambradas
de espino.

En los calendarios
se señalan dias en rojo
con la ansiedad que señalaba
mi abuela sus menstruaciones
para no quedar preñada
de desasosiego.

Dias habiles, dias inhabiles
dias feriados
quince minutos de bocadillo
y dos de odio
para increpar al Emmanuel Goldstein
de turno.

Tiempo para estudiar
tiempo para jugar
tiempo en horarios
con escaques blancos y negros
donde nos estabulan a los peones
como vacas pacientes.

Cuando se trabaja no se juega
cuando se tiene tiempo, no se piensa,
juega, disfruta, no pienses
que de ahí nacen las revoluciones
cuando en los días de vacaciones
                               (vacios de inercia)
das vuelta a si verdaderamente
algunas cosas del invierno
merecen la pena.

1 comentario:

  1. A mi me producía tal desasosiego los horarios y las rutinas que mi única meta fue no estar sujeta.

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