Despierto sin
despertar, en ese duermevela postrero y semidormido en el que se escuchan
palabras desgajadas de merienda cena
Se va deshaciendo la
siesta como un ovillo de horas huecas rellenadas de silencios y músicas lentas.
Cae la tarde tibia
tras las montañas, mientras las primeras sombras huelen a cena y a pueblo de piedra vieja.
Van a comenzar las fiestas de Jasa. Por si acaso.
ResponderEliminarUn abrazo
Qué pocas veces consigo dormir la siesta. Ni en verano. Demasiado activa. Prefiero irme a nadar al mar.
ResponderEliminarBesos
Me gustan las palapras desgajadas de merienda cena
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