con mis dos hijos
minuto a minuto,
solo ellos y yo
en intensa convicencia
(mai guaif está de viaje)
me hace pensar sobre lo distintos que somos
los unos de los otros
de todas las argucias que utilizamos
cada uno las suyas,
para lograr
la atención y el cariño:
Unas veces se llora
otras se grita
a veces te haces el martir
otras te "chulas"
que es la manera que utiliza mi pequeño para decir hacerse el chulico
Papa mi hermano se está "chulando"
Pero por encima de todo queremos atención
aplauso
Papaaaa mira lo que hago
Jooo a mi hermano le miras y a mi no.
y una palmada en la espalda.
Pienso también
lo dificil que es la educación al alimón
porque los padres
también somos distintos entre nosotros,
tan distintos
con prejuicios, nuestros prejuicios
que como decía el poeta:
"Les cargamos con nuestros dioses y nuestro idioma,
con nuestros rencores y nuestro porvenir.
Les vamos trasmitiendo nuestras frustraciones
en cada canción"
A veces me da miedo
lo indeleble de lo que les pueda transmitir
y me gustaria
que todo se diluyera en la levedad
de lo múltiple
para hacerme menos responsable.
Y no sé,
viéndolos a ellos
veo también nuestros
juegos
"los juegos en los que participamos"
que no son muy distintos a los de ellos