domingo, 7 de diciembre de 2025

La lluvia amarilla. Locura y soledad.

 


La lluvia amarilla no es un libro 

de ruralidad y despoblación,

como había oido,

es un libro de locura

sobre la locura que deja la soledad,

un libro egoista,

un libro tramposo, sobre un personaje tramposo

que cuenta lo que quiere sobre sí mismo

y sobre cómo su ser se desvanece

entre el olvido y la lluvia amarilla.

No me ha gustado, 

a pesar de que hay frases como versos de un poema

largo que Llamazares construye con maestría.

Demasiados porqués sin respuesta

quizás porque la unica respuesta

es que está solo porque no se trabajó la compañía.

La perra, el hijo, la mujer, la hija, sus vecinos 

parecen secundarios irrelevantes

en esa borrachera de yo exagerado 

enajenado

que es el libro.

Si quereis hablar de despoblación

escuchad la canción de mis adorados mas birras

mil veces mejor,

debió ser terrible el febrero en el que murió German.



Os pego la letra.
Lejos del valle y de la capital,
donde la cordillera se hace azul,
donde la distancia es el monte
y al cielo se le trata de tu a tu.
Donde los pastores crearon un país,
donde la justicia era un honor,
esa es la tierra donde yo nací
noble hogar donde un día
los hombres marcaron su ley.
Hay una cruz en el Saso
donde los mastines aúllan soledad,
donde cada noche enciendo el fuego pa' cenar
migas, uva y vino por los que se han ido.
Yo maldigo la cuidad
porque todos se fueron de aquí,
solo quedábamos Germán y yo
Germán se murió en Febrero,
ahora solo se oye su ganado
ahora solo el eco y yo.
Hay una cruz en el Saso
donde los mastines aúllan soledad,
donde cada noche enciendo el fuego pa' cenar
migas, uva y vino por los que se han ido.
Yo maldigo la ciudad
« Padre, que el pueblo ya no es pa' vivir,
venga con nosotros a Madrid »
así me hablan mis hijos pero yo me quedo,
y aquí he de morir.
Con las manos llenas y un nombre de rey,
marcado por el viento y por el sol,
mi vida es parte de esta tierra
y yo pertenezco a esa raza de hombres
que un día marcaron su ley.