viernes, 8 de marzo de 2013

El síndrome Ismael. Y los idus de marzo

Cuando llegan estas fechas,
en las que el tiempo se entibia
y los dias se empiezan a alargar,
las gentes de tierra adentro
sentimos una extraña inquietud
a medio camino entre el desasosiego
y la melancolía.

Es ese sentimiento confuso que sentía Ismael
cuando una fuerza extraña le impelia
a pararse delante de las tiendas de ataudes
y quitarle el gorro a guantazos
a tanto gilipollasque que anda suelto.

De adolescente creía que se trataba
de una añoranza de los besos
casi añejos del último verano,
de más mayor que eran las ganas desaforadas
de romper con la rutina
poder patir la noche estival en dos,
cazar cocodrilos sin lanza;
o matar neuronas con
porros playeros
y alcolazos ilegales.

Ahora, sin embargo,
lo tengo casi claro...
y no son los versos ni los besos
los lodos ni los polvos
de verano
lo que se añora...
es tan solo una brutal,
incontrolable y asfixiante carencia,
la abstinencia de mar.



PS-.Puedo abrir mil blogs,
ponerle distintos tonos
a lo que pienso,
olvidarme lo que escribí en otros marzos
como si fuera la primera vez que lo siento...
pero me asombra que en estas fechas siempre
absolutamente siempre
me embargue lo mismo...
me embarque en lo mismo,
creedme que ni me acordaba que
hace un año
escribí algo parecido 
al otro lado del espejo,
lo leo,
y lo veo 
tan igual...
que me dan ganas de borrar este ripio
de un golpe seco,
pero por otra parte
sé que no es una pose
sino tan solo lo que me acuchilla 
como a Cesar en los idus de marzo.








2 comentarios:

  1. El tiempo se entibia. Eso es así y es así.

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  2. ND ¿Qué seria de mi creatividad desbocada sin tu pulcritud correctora?
    Gracias!!

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