lunes, 27 de abril de 2015

Cosas que me pasan (a mi también)

Las paredes se hacen pequeñas,
el cielo se angosta
y la luz te hiere
como navaja abierta.

El aire cálido de la puta primavera
se cuela entre los poros
como si inhalaras
un ventolín de nubes.

A veces llega a los diecisiete
y te sorprende
como el mendigo disfrazado de invierno
que recitaba el poeta;
otras sin embargo
llega cuando ya zozobras
en el mar adentro de los cuarenta
y arrojado tras la tormenta
en ínsulas extrañas
ves los pecios del naufragio
cuando despiertas,
con el sol fuerte en la cara
la playa desierta,
y los harapos hechos jirones
que a penas te visten.

Es en ese momento, cuando
das gracias al dios ateo
que te guarda,
por haberte dado el don
de saber escribir,
porque no hay mejor medicina
que la escritura
a herida abierta,
sin tema,
una linea tras otra
escribir posesivamente
y en la medida de lo posible dejarse abrazar
arrullado
leyendo lo escrito.

Un abrazo fuerte, compaañera
y pa lante
que no hay tormenta que no escampe.

Comentario en el blog de Molinos

martes, 21 de abril de 2015