lunes, 1 de agosto de 2016

Desde la fila ocho.

Desde la fila ocho se ven las calvas
de los presidentes
con silla reservada
(en la vida).

Se ve de cerca a los ponentes
con sus caras arrugadas
por los gestos repetidos
en consejos de administración.

Se escucha a los de detrás,
susurrando
como burguesía con aspiraciones
insatisfechas
a posiciones delanteras.

Gente que se sienta a las afueras
para salir pronto de un sitio
a donde no querían entrar
solo saludar
para ganarse el nombre.

Y luego gente, mucha gente
porque la vida 
en estos tiempos de zozobra
siempre viene con overbooking.

El punto intermedio
entre quienes quieren estar sin que les echen
y a quienes necesita la organización
para llenar huecos
porque no se vea un solo espacio vacío.

Nada vacio, “horror vacui”
ninguna silla sin personaje
ningún tiempo sin ocupar

Esa repulsión moderna
que nos atormenta
llamada aburrimiento
y soledad.

2 comentarios:

  1. Efectivamente. Y la gente trata de matar la soledad con las nuevas tecnologías que consiguen exactamente lo contrario. Qué desastre de mundo.
    Besos

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  2. Hoy he leido en el periodico de mi pueblo
    que la generación nacida en los 90
    tiene menos sexo que las anteriores
    a pesar de tener más medios
    tecnologicos para conocerse
    y una mentalidad más abierta.
    Alguien comentaba
    que se conocen más
    pero se encuentran menos.


    No sé.

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