A veces sientes
que el yo es carne tensada por huesos,
el alma es una caja hermética de sesos
la consciencia conexiones
de electricidad humana.
Puedes tocarte hasta sentirte
comer hasta saciarte
y pensar que el sexo
no es sino el roce
de apendices y huecos.
Darle
más importancia
al desorden onirico
que al razonar despierto. Confiar en los sueños
como un estado deficiente y confuso de pensamientos.
Y un día tienes miedo a que todo se rompa,
a que el inestable absurdo de ir viviendo
se acabe,
porque todo lo que somos se resume
a esta mierda adorable
llamada cuerpo.
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