Hay segundos que caminan por el alfeizar del sexo
cerrando los ojos,
respirando el vertigo y el vacio de dejarse caer,
confundiendo en mitad del sobrealiento
la sangre y el jadeo rasgado.
Son solo unos segundos,
en los que el egoismo abierto en canal
no sabe distinguir al otro
y se hace liquido que desborda
grito que explota
cuchillo que yere sumiso al tiempo
que preludia el silencio.
Comentario a un post subidito de mi amigo el decadente.
"Me gustaría vivir de la poesía
para no tener que vivir del cuento"
Versos cotidianos al otro lado del espejo del CHICO DE LA CONSUELO
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martes, 24 de septiembre de 2019
miércoles, 18 de septiembre de 2019
El autoengaño como esencia de lo humano.
La mitología nos contacta con los misterios disfrados de cuento
El autoengaño nos salva del vertigo de vivir a costa de dibujarnos paraisos y dioses
La capacidad de pecar nos regala antorchas para quemar iglesias y frustraciones
y la poesía a veces actua de angel de la guarda para interpretar los días y las noches.
El autoengaño nos salva del vertigo de vivir a costa de dibujarnos paraisos y dioses
La capacidad de pecar nos regala antorchas para quemar iglesias y frustraciones
y la poesía a veces actua de angel de la guarda para interpretar los días y las noches.
miércoles, 11 de septiembre de 2019
Paseo de noche
Escribo rápido
como un beso de buenas noches.
Salgo a la calle
me asomo a lo oscuro
con la excusa de tirar mi basura del dia
y me encuentro con fantasmas.
Alientan a caballo de mi sombra
duendes insidiosos
que me señalan la segunda esquina
de este diez de septiembre
donde habitan mujeres de colores
que hacen felaciones sin abrir la boca.
Me siento en el mismo banco
de madera sin barnizar
y parezco un soltero sin perro.
Reto al mañana
en una reyerta a cuchillo
sin darme cuenta de que voy armado
con la paleta de pescado
y me perdona la vida.
Cruzo el puente del rio
con pasos trémulos
a los que atemoriza el vértigo
y el vacio. Me recito un poema
de Andreu
de esos que tanto me gustan con neveras,
sexo en retirada
y ropa interior con olor a lavanda y desamor.
Esquivo la tentación de saludarte.
Como cada madrugada,
te veo pasar de largo
con tu melancolia puesta
y tu dalmata en celo,
y me arropo de soledad y ausencia.
Regreso a casa,
embrido mis poemas y mis ganas de escribir
y me decido por una serie lenta de fracasos
e ilusiones que termine pronto,
al fin, cansado,
escucho en el spotify una versión rasgada de Bagdad cafe
para que me acune
antes de leer tu carta una vez más.
como un beso de buenas noches.
Salgo a la calle
me asomo a lo oscuro
con la excusa de tirar mi basura del dia
y me encuentro con fantasmas.
Alientan a caballo de mi sombra
duendes insidiosos
que me señalan la segunda esquina
de este diez de septiembre
donde habitan mujeres de colores
que hacen felaciones sin abrir la boca.
Me siento en el mismo banco
de madera sin barnizar
y parezco un soltero sin perro.
Reto al mañana
en una reyerta a cuchillo
sin darme cuenta de que voy armado
con la paleta de pescado
y me perdona la vida.
Cruzo el puente del rio
con pasos trémulos
a los que atemoriza el vértigo
y el vacio. Me recito un poema
de Andreu
de esos que tanto me gustan con neveras,
sexo en retirada
y ropa interior con olor a lavanda y desamor.
Esquivo la tentación de saludarte.
Como cada madrugada,
te veo pasar de largo
con tu melancolia puesta
y tu dalmata en celo,
y me arropo de soledad y ausencia.
Regreso a casa,
embrido mis poemas y mis ganas de escribir
y me decido por una serie lenta de fracasos
e ilusiones que termine pronto,
al fin, cansado,
escucho en el spotify una versión rasgada de Bagdad cafe
para que me acune
antes de leer tu carta una vez más.
viernes, 6 de septiembre de 2019
Su condena a la irrelevancia, mi respuesta en la alegría.
Todos queremos
el placer de ser causa,
de generar efectos reconocibles
de lo contrario caemos en la irrelevancia
en ir por la vida sin más aliciente que contar guijarros
por el camino.
Que peor castigo
que no contestar al correo
ni las llamadas telefonicas, ni darse por aludido
la condenas es el aislamiento sin reporte ni respuesta
la condena es irte apagando, quitarte la tarjeta, la plaza de aparcar.
Que mejor respuesta que la sonrisa inocente
las fotos de la fiesta del ultimo findesemana en familia,
la borrachera con los amigos, la frase laudatoria en el guasap.
Les miro con desprecio el reverso de su envidia, besitos ladeados, risitas de postín,
seres prescindibles y eventuales a los que joderles la historia
y la naración
de su historia inventada.
el placer de ser causa,
de generar efectos reconocibles
de lo contrario caemos en la irrelevancia
en ir por la vida sin más aliciente que contar guijarros
por el camino.
Que peor castigo
que no contestar al correo
ni las llamadas telefonicas, ni darse por aludido
la condenas es el aislamiento sin reporte ni respuesta
la condena es irte apagando, quitarte la tarjeta, la plaza de aparcar.
Que mejor respuesta que la sonrisa inocente
las fotos de la fiesta del ultimo findesemana en familia,
la borrachera con los amigos, la frase laudatoria en el guasap.
Les miro con desprecio el reverso de su envidia, besitos ladeados, risitas de postín,
seres prescindibles y eventuales a los que joderles la historia
y la naración
de su historia inventada.
martes, 3 de septiembre de 2019
Kiko veneno y primicos. Una lista de spotify
Al sur del sur
por carreteras secundarias
entre pueblos blancos
toros con lunas
atun con wakame
y un libro abierto de Montero Glez,
escucho lo que leo
entre los cuentos del maestro
un poco de veneno, pata negra
y un relente a camarón.
Al regresar los pongo en una lista
a voleo
para recordar un verano desde mi norte
en el que pasa la vida
como la leyenda del tiempo
flotando como un velero.
por carreteras secundarias
entre pueblos blancos
toros con lunas
atun con wakame
y un libro abierto de Montero Glez,
escucho lo que leo
entre los cuentos del maestro
un poco de veneno, pata negra
y un relente a camarón.
Al regresar los pongo en una lista
a voleo
para recordar un verano desde mi norte
en el que pasa la vida
como la leyenda del tiempo
flotando como un velero.