Enseñar es sobre todo
ponerse en el lugar del otro,
del individuo singular,
y hacerse tres preguntas:
¿Qué sabe?
¿Qué no sabe y sería bueno que supiera?
¿Cómo puedo conseguir que lo aprenda?
Quizás os pueda parecer clásico
ahora que el contenido transmitido no existe
y todo se convierte en un descubrimiento dialogado
pero no lo es tanto,
porque es una visión humilde
de salir del ego del enseñante
para incluirse en el del aprendiente.
Solo pensando como piensa el que aprende
puedo plantearme estrategias para enseñar.
Es posible que al final llegue a lo mismo
y que el descubrimieneto dialogado sea el método
pero para ese alumno concreto o ese grupo concreto.
Solo enseño si reflexiono desde su punto de vista
esforzado y complejo
no desde mi supremacia metodologica,
inamovible...
y en muchos casos prejuiciosa y politizada.