Nos vimos a la entrada del cine
yo con mis hijos
tú con tu segunda pareja,
nos vimos al subir las escaleras de refilón
y nos reconocimos, claro,
como si no hubieran pasado veinte años
y aun nos siguiéramos tanteando
como entonces, en la fila tercera.
¿Que pasa contigo? le dije, ¿no saludas?
Aun te conservas buenorro, me contestó
y nos dimos un abrazo apretado
que escondian varias decadas de ausencia.
Nos regalamos un paso atrás
y cinco segundos de aliento;
nos puntuamos
nos pusimos ambos sobresaliente,
como siempre, como antes, serían los noventa.
- No viniste al aniversario de la promoción
te busqué en la lista.
- Sí ya sé que fuiste. Al final me vino mal de fechas.
Y a los dos nos volvió a la cabeza
aquel beso largo y sediento
a la puerta de tu habitación abierta.
Toda una tarde en un pais lejano
de bromas y cervezas
de roces bajo la mesa
de andar de la cintura
de bailes borrachos
de recitarnos poemas
Por entonces recuerdo que salías
con un músico postmoderno
yo naufragaba con tu mejor amiga
en un mar de promesas,
tú sabías todo lo que hacíamos (y lo que no)
yo te veía a la vez imposible y a la vez tan cerca.
"Sabemos que no puede ser
pero rocémonos tan fuerte
que nos duré treinta años,
para cuando nos encontremos
en dosmilveinte
tú con tus hijos
yo con mi segunda pareja
y nos citemos a un café para contarnos...
que algunas noches de insomnio
aun nos servimos de argumento
para excitarnos
cuando la rutina acecha."
"Me gustaría vivir de la poesía
para no tener que vivir del cuento"
Versos cotidianos al otro lado del espejo del CHICO DE LA CONSUELO
▼
viernes, 17 de enero de 2020
miércoles, 15 de enero de 2020
Bullicio vacio
Va subiendo el ruido a las azoteas
un ruido de ciudad indeterminado,
un bullicio sin matices.
sin palabras definidas;
como cuando en el futbol
se acumulan jugadores en el centro del campo
para que el balón no fluya.
Todo se enmaraña,
como las pulseras finas
a las que se hacen nudos
y hay que soplarlas
para liberar el broche.
La agenda te pide citas
a diario
sin más objetivo
que autollenarse
en una ocupación baldía
sin propuesta ni respuesta
ni camino recto.
Alzamos la voz
para que se nos oiga
sin percatarnos
de que así acrecentamos el sonido.
Y de repente
un golpe de silencio
que atruena los oidos.
Nada,
era todo
ruido
sin mar de fondo.
un ruido de ciudad indeterminado,
un bullicio sin matices.
sin palabras definidas;
como cuando en el futbol
se acumulan jugadores en el centro del campo
para que el balón no fluya.
Todo se enmaraña,
como las pulseras finas
a las que se hacen nudos
y hay que soplarlas
para liberar el broche.
La agenda te pide citas
a diario
sin más objetivo
que autollenarse
en una ocupación baldía
sin propuesta ni respuesta
ni camino recto.
Alzamos la voz
para que se nos oiga
sin percatarnos
de que así acrecentamos el sonido.
Y de repente
un golpe de silencio
que atruena los oidos.
Nada,
era todo
ruido
sin mar de fondo.
lunes, 13 de enero de 2020
Cuando la culpa se folló a la soledad
El autoengaño
nos regala dioses y salvaciones
cuando el nudo aprieta,
también falsos infiernos
en algunas noches
en las que la culpa
se emborracha mano a mano con la soledad
y acaban en el catre
follando
sin respetarse.
Un comentario en el blog de Toro Salvaje
que hacía un tiempo que no visitaba.
nos regala dioses y salvaciones
cuando el nudo aprieta,
también falsos infiernos
en algunas noches
en las que la culpa
se emborracha mano a mano con la soledad
y acaban en el catre
follando
sin respetarse.
Un comentario en el blog de Toro Salvaje
que hacía un tiempo que no visitaba.
viernes, 10 de enero de 2020
Palabras sin túnica
Al escribir sobran palabras, adjetivos precedentes
pronombres ambiguos, explicaciones de más,
por eso la poesía
destila
porque deja tan solo el verbo desnudo
en el alambique de los significados.
pronombres ambiguos, explicaciones de más,
por eso la poesía
destila
porque deja tan solo el verbo desnudo
en el alambique de los significados.