sábado, 15 de junio de 2019

El aroma de un tiempo descolgado

El momento sin narración ni guión
queda colgado en un angustioso presente efímero.
El presente vacio sin cuento.

El tiempo a la espera de un algo desconocido.
Vivir entreteniendo al tiempo
como la espera vacua en un aeropuerto
rellenado la vida de pequeños retos insustanciales
y partidas de videojuegos.

El hombre toma las riendas en un nuevo presente sin dios,
sin parnasos, sin destino.
El presente libre; al tiempo pesado y efimero
desligado de la culpa y la vergüenza.

El rendimiento como razón de ser,
la agenda sin nada, llena de objetivos autoimpuestos
que mañana serán nada, sustituidos por los nuevos.
El cumplimiento como razón.

Un tiempo transparente, sin escondites, homogeneo,
dejando en sótanos lúgubres el espacio de lo personal.
Demasiado público.

El tiempo del turista: "corre, corre que no nos da tiempo
a sacar la foto, al almuerzo ya pagado del hotel, al trasbordo"
Si no hay foto no podremos contarlo,
prisas intrascendentes que nacen y mueren en lo eventual y lo efímero,
sin responsabilidad "total, no vamos a volver"

La insoportable levedad del ser, sin cielo, sin retorno
el momento descolgado
buscando la narración de una historia de la que formar parte,
un pasado que dé sentido a su presente,
un presente que forme parte del guión de algún futuro.

(Al hilo de las primeras 100 páginas de Byung Chul Han
El aroma del tiempo)

sábado, 1 de junio de 2019

BOLAÑO SEGUN MANUEL VILAS


Bolaño y la vida de los seres humanos que fracasan
Bolaño y la violencia y la degeneración,
la angustia y la desesperación
Literatura, mucha literatura
Los poetas que no tienen dinero
pero tiene un mundo
construido a la medida
de sus ilusiones
y sus frustraciones.

Los poetas que no tienen dinero
pero follan como conejos enloquecidos
y optan a puestos políticos
que requieren un jarrón intelectual.

Bolaño cuenta su pobreza en pesetas
y en páginas.
Erige castillos de naipes
con solapas dobladas de libros olvidados.

Todos los poetas jugamos con símbolos personales enigmáticos
algunos bellos, otros tan solo abisales
que llevan a lo oscuro.
Todo lo que es cosa es símbolo.
Cada ciudad visitada es un libro de poemas y símbolos recurrentes.

Y aunque parezca mentira los poetas tienen hijos
y esposa,
cenan pescado los martes y hacen el amor los viernes
y víspera de festivos (incluso la de todos los santos).

Los vigilantes nocturnos de camping solo ven sombras tras la tela iluminada
escuchan ronquidos y pedos
oyen a adolescentes meneársela y hacerse dedos
y al apagar la luz de gas se convierten en nada
tan solo sombras paseantes
con linterna.